La profesora de lengua no me quería, y cuando me hizo pasar al pizarrón, sabía que la iba a tener complicada. Pero me pide que escriba una palabra tras otra, y lo hago bien. Y entonces, se toma su tiempo para hojear el libro hasta que encuentra una de las palabras más difíciles de la lección: "ómnibus".
Omnibus... Sonreí al escucharla, y con mucha tranquilidad la escribí bien grande con la tiza. Creo que ella no sabía que, por ese entonces, "colectivo" me resultaba una palabra más extraña y complicada. Era una palabra que todavía me sonaba extranjera.
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