Hay días donde las brisas de los árboles, el canto de la chicharra, el olor a tierra de tus calles y los eucaliptus de los montes me pueden.
Hay días en los que me tomaría el barco sólo para volver a hacer el camino de siempre hacia la playa, atravesar los enormes médanos con árboles, y sentarme un rato en la arena fría a escuchar ese mar, que en realidad no es mar, romper en la orilla.
Hay días en los que me gustaría volver a ver Médanos de Solymar.
Hoy es uno de esos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario